Tras la huella de infieles

AutorDenis Rodríguez

El ya no era el mismo. Qué distinto al hombre aquél del que un día se enamoró.

Empujada por el dolor, decidida y resignada a confirmar sus sospechas, Matilda contrató los servicios de un detective privado para seguir a su esposo.

Era cierto. La engañaba con otra.

Han pasado ocho años desde el día en que ese investigador le abrió los ojos: hoy Matilda es alguien dedicada por completo a su trabajo, muy lejana a esa sencilla ama de casa que una vez fue. A sus 38 años, ahora ella es una mujer detective.

"Fui engañada en un tiempo. Me sentí tan desesperada en ese momento, no hallaba qué hacer. Fue muy difícil para mí", recuerda, "la persona que investigó a mi pareja fue quien me inició en esto".

Al igual que Matilda, decenas de hombres y mujeres, de aproximadamente 30 agencias de detectives, operan en la zona metropolitana de Guadalajara en su mayoría especializados en la investigación de infidelidades conyugales.

El grueso de ellos son ex policías del Servicio Secreto y la Judicial, quienes dominan la técnica del seguimiento, o gente que es por completo producto de la experiencia en la calle, no en las aulas.

Sus conocimientos académicos han sido adquiridos en diplomados aislados, pues en México no hay escuela que enseñe a ser investigador privado y cuente con reconocimiento oficial.

Ninguna autoridad regula propiamente su actividad o la calidad de sus servicios, salvo un Reglamento para Investigadores, Detectives y Policías Privados o Pertenecientes a Organismos del Servicio Público Descentralizado o Concesionado, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 13 de octubre de 1948, el cual hoy nadie recuerda.

Los métodos de los detectives tapatíos son muy diferentes a los del imaginario Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, o al August Dupin de Edgar Allan Poe, del Monsieur LeCoq de Emile Gaboriau o el Hercule Poirot de Agatha Christie.

Sí, pero sus historias verdaderas son tantas como almas viven en esta ciudad. No se olvida, por ejemplo, aquella de la mujer que, gracias a un detective, descubrió a su marido acompañado en el lecho... pero no con otra mujer.

O esa de la abogada que mandó investigar a su esposo, extrañada porque éste se negó a asistir a la boda de la hija de ambos. Así se enteró de que el motivo de esa ausencia fue otra boda, celebrada el mismo día, de la hija que él tuvo previamente con su amasia. Un romance que mantuvo oculto por más de 30 años.

"La investigación básica consiste en verificar si su pareja tiene o no...

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