Por el trasplante para ir a casa

AutorRuth Álvarez

En la mente de Teresa Ávila Arceo, de 57 años, hay un objetivo: recuperar su salud y regresar a Sahuayo, Michoacán, para cuidar la de su madre.

Cuando le diagnosticaron insuficiencia renal, su vida se volvió una aventura que la trajo hasta el Hospital Civil "Fray Antonio Alcalde", en compañía de su cuñada o alguna de sus hermanas.

"A mí me diagnosticaron que estaba enferma del riñón, entonces fui a parar al Hospital Civil y me dieron un pase para Guadalajara hace cinco años. Desde entonces estoy yendo y viniendo", recuerda.

En el camino ha puesto buena cara ante catéteres, infecciones y diálisis; este último procedimiento mermó sus capacidades para trabajar, asegura.

"Salía mal de la hemodiálisis, entonces yo no podía coger un trabajo, porque yo salía muy mal. Para mí han sido muy pesados estos años", indica tras un largo suspiro.

Teresa es la mayor de cinco hermanos; antes de la enfermedad, tenían una empresa familiar de producción de huaraches. Hoy, la producción está detenida, pues igual que ella, otros familiares han visto mermada su salud.

Para cubrir los gastos de viajes, estudios médicos y otros, depende de la ayuda económica que algunas personas han accedido...

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