Urden retos y desafíos en las alturas

MURAL / Redacción

Todo listo. El próximo 22 de marzo partirá para alcanzar su séptimo desafió de alta montaña, alcanzar la punta de la Pirámide Carstensz, en la provincia de Irian Jaya, Nueva Guinea, la montaña más alta de los archipiélagos del Pacífico y considerada, además, la cresta más alta de Oceanía.

Karla Wheelock quiere darle a México la primicia femenina iberoamericana con el logro de las Siete Cumbres, proyecto en el que se encuentra desde 1996, cuando decidió ir tras uno de los retos más importantes de su vida.

Entrevistada por MURAL, Wheelock está convencida que todas las mujeres mexicanas son mujeres de retos.

"Las cosas se pueden hacer, las mujeres contamos con un universo de oportunidades y posibilidades, y si nos damos a nosotras mismas la oportunidad de creer en una, vamos a sorprendernos de lo que somos capaces".

Wheelock comentó que no basta con plantearse los metas en la vida; para alcanzarlas, se requiere de estrategia, y esa la aprendió de la montaña.

"La montaña tiene una enorme analogía con la vida. Se requiere de mucha preparación, autoconocimiento, conocer tu meta, elaborar una estrategia para alcanzar tu objetivo. Estar preparada física y mentalmente. Estar dispuesta a tomar riesgos, los cuales además deben ser calculados y medidos porque arriesgarse a lo tonto es la ruleta rusa, y eso no te da sabiduría ni éxito.

"Subir una montaña es una empresa. Tienes que tener muy claro hacia dónde vas y qué es lo que quieres obtener, porque la meta no es sólo llegar a la cumbre, sino regresar, vencer los obstáculos, las grietas, las avalanchas, las temperaturas, los vientos, factores naturales; pero también tus factores personales, tu cansancio, tus miedos".

Karla Wheelock tiene en su haber seis de las siete cumbres: la cumbre más alta de Asia, el Everest; la de América del norte, el Monte Mc Kinley; la de Sudamérica, el Aconcagua; la de Africa, el Kilimanjaro; la de Europa, el Monte Elbrus; la de la Antártica, el Monte Vinson y ahora va por la de Oceanía, la Pirámide Carstensz.

Este es su proyecto de vida, sostuvo Wheelock, cuenta que cuando escala pone su mente en la meta, después su corazón y sus pies sólo la siguen.

"Realmente así es como funciona, pero ahora busco estar en armonía y pienso que mi hija es un motor. No la dejo, sino que le muestro el camino, y el camino a veces cuesta...

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