Vacunas para la lucha

AutorRebeca Herrejón

A sus 74 años, Josefina Garnica Pérez no pierde la esperanza.

Desde diciembre de 2018, pasa su vida entre el Albergue Mano Amiga, las oficinas de Galilea 2000 y su natal La Ladera, cerca de Zamora, Michoacán, a causa del cáncer de mama que combate desde hace cinco meses.

"Me iba creciendo el pecho y sentía ardores o piquetes y fui a que me checaran y resultó que era cáncer", describe.

Los médicos de Zamora, quienes la diagnosticaron primero, la refirieron a Guadalajara, donde cada semana accede al tratamiento de quimioterapia en el Instituto Jalisciense de Cancerología (IJC), pues el medicamento que necesita es de los pocos que sí brinda su cobertura del Seguro Popular.

Sin embargo, los oncólogos le piden que cada ocho días se le aplique una vacuna llamada filgrastrim, un medicamento que ayuda a combatir posibles infecciones derivadas de la baja en neutrófilos -células sanguíneas necesarias para combatir una infección-, a consecuencia de la quimioterapia.

El medicamento no lo brinda el IJC, por lo que debe comprarlo y cada inyección cuesta alrededor de 560 pesos...

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