Por una vejez digna

AutorJorge Alberto García

Aunque impetuoso y astuto, Francesco acumula varias enfermedades: padece artritis, problemas en la cadera, sobrepeso, diabetes y problemas oculares y auditivos. Pero él no es un ser humano, es un pastor alemán de 12 años.

Así como las personas, la salud de las mascotas declina con la edad, por lo que visitas regulares con su médico de cabecera son una necesidad para que viva una vejez digna en las mejores condiciones posibles.

Movimiento lento

Los dorados y los betta son de las especies muy populares de los amantes de los peces, pero su longevidad varía: los primeros viven alrededor de 25 años, mientras que los segundos sólo 3 años.

Ricardo Castañeda, de la tienda Acuarios y Mascotas, comenta que las aletas y los huesos de los dorados comienzan a deformarse con el paso del tiempo, además de que su movilidad y apetito disminuyen.

"Una indicación importante para los dueños es que el agua de la pecera se encuentre lo más limpia posible: se recomienda que se renueve cada 2 semanas regularmente o 3 como máximo".

"Hay que evitar cambios muy drásticos al hacer esta renovación, porque con el tiempo el PH del líquido baja mucho y los peces más viejos no son buenos para resistirlo", menciona el experto.

Como su alimentación y actividad física se reducen sólo se recomienda incluir un poco de calcio dentro de la pecera, ya que esto los ayuda a mantenerlos en buen estado. Y como los peces dorados crecen con el tiempo, Castañeda sugiere limitar el contacto con otros que sean más jóvenes, ya que será difícil competir por alimento.

Adiós al vuelo

La especies que forman la familia de las psitácidas, a la que pertenecen los pericos, cotorros, tucanes y cacatúas, requieren muchos cuidados en la vejez.

Héctor Ayala, veterinario de La Casa de la Mascota, comparte que además de una buena alimentación, los dueños de éstas deben poner especial atención a sus jaulas.

"Las de las guacamayas deben de ser grandes, de preferencia redondeadas, porque si se trepa en esquinas pueden quebrarse las alas, que deben estar cortadas.

"Al estar encerradas se pueden caer y quebrar las patas, también hay que limarles los picos cada cierto tiempo porque se les doblan al igual que las uñas", señala.

Cuando están viejas y enfermas su plumaje lo manifiesta: éste se torna opaco y luce maltratado. Luego aparece la alopecia y empiezan a perder sus plumas.

"Se estresan y se las arrancan ellas mismas. Además por la edad ya no toleran ciertos olores y sonidos; y si les cambias el tronco...

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