Ventana saturada

AutorRebeca Pérez Vega

La emergencia sanitaria y el aislamiento social cambiaron las reglas en redes sociales.

Sin poder salir de casa, la única oportunidad de comunicación y contacto se posibilitó en distintas plataformas virtuales que, a la larga, terminaron por saturar de información y contenidos a los usuarios.

Después de casi cuatro meses de confinamiento, el agobio y el fastidio también se han mezclado en esta ecuación que no se sabe aún cómo se resolverá, expresan académicos, gestores y artistas.

"Antes de la pandemia ya hacíamos muchas actividades en Internet, pero con el confinamiento el acceso se volvió un asunto de dependencia tanto para la educación, como para el trabajo a distancia, las compras en línea se incrementaron hasta 70 por ciento", advierte Ligia García Béjar, titular de la Secretaría de Investigación de la Escuela de Pedagogía de la Universidad Panamericana (UP).

"La saturación de información ya estaba ahí, latente, pero ahora se canaliza a través de distintos medios; los propios usuarios en redes sociales comparten y comparten información, muchas veces falsa, se creó todo un fenómeno de infodemia, de exceso de datos en un ecosistema mediático en el que no siempre impera la calidad".

A principios de marzo todo era incertidumbre. Con la contingencia a causa del coronavirus no había posibilidad de salir al espacio público y con todas las actividades canceladas, distintas instituciones gubernamentales, artistas, agentes, académicos y una larga lista de profesionales emprendió una cruzada de creación de contenidos gratuitos para entretener, para aprender un nuevo oficio o una nueva receta de cocina, encontrarse con el escritor favorito, conocer los secretos del dibujo, tutoriales para desarrollar trabajo en casa o ser exitoso con la educación a distancia.

Las grandes ganadoras de la pandemia fueron plataformas de paga como Netflix, con más de 16 millones de usuarios nuevos, y Zoom, la aplicación de videollamadas, que convocó a casi 200 millones de suscriptores en tan solo el primer trimestre del año.

Cambio de modelo

El medio cultural despertó algo tarde a sus necesidades por el confinamiento

Los que de inicio no ganaron mucho fueron los artistas y productores independientes, quienes empezaron a hacer conciertos en directo, charlas en línea o transmisiones de obras de teatro, ópera o danza, pero después de varios meses encontraron un nicho de mercado que podía explorarse, que los espectadores podían abonar económicamente y apoyar la labor de...

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