VIGÍA DE BOLSILLO / 2019

AutorSofía Orozco

Alfaro empieza el año andando camino hacia Ahualulco, atendiendo los auténticos reclamos de un centro de atención al adulto mayor, aunado a la supervisión de un pozo para abasto de agua. Asimismo, aprovechó una visita rápida a Ameca para hablar con los Alcaldes de la zona sobre la agenda del sector agroalimentario, el agave y el abigeato.

Arrancar por el principio, al menos alfabéticamente, parece ser el tono de esta administración.

Jalisco es un Estado enorme en territorio, población y problemas. La seguridad es quizá el más evidente porque incide directamente en todo lo demás: productividad, inversión, turismo, desarrollo, salud y, para estar a tono con los tiempos, en eso que llamamos "bienestar".

A nuestro recién Gobernador si algo hay que reconocerle, es que su discurso siempre ha sido el mismo: dar la cara, tener vergüenza, apersonarse; y digamos que esa repetición le ha traído credibilidad. Sus ganas de comprometerse, lograr mejoras y cambios favorables para Jalisco parecen más reales de lo que estamos acostumbrados a ver por estos lares. Si muchos esperan aplausos, reconocimientos múltiples y cortar listones de fachadas inacabadas, Alfaro (al igual que ya sabemos quién) espera ser recordado por sus obras, como un buen Gobernador; y un buen gobernante no sólo piensa en sí mismo y su ego, sino también en cambiar vidas de personas que no conoce, pero que momentáneamente tiene poder sobre ellas.

Sus acciones, decisiones u omisiones pesarán no sólo en el retrato al óleo que se pintará de él como "figura memorable en los anales de la historia de Jalisco", sino en cada jalisciense que prescindirá de algo: medicina, alimentos, agua, casa, educación, zapatos, caminos, infraestructura, salud, estabilidad, seguridad, sueños.

Y allí comienza lo triste: Alfaro podrá tener buenas intenciones, podrá ser honesto, podrá querer... pero no estamos seguros si tendrá con qué. Y no hablamos de voluntad, o fuerza, o inteligencia, o equipo, o recursos humanos; recordemos que ya dejó el helicóptero y resolvió el asunto con camioneta con sonido estéreo y chofer, o sea, maneras hay; sólo que esta vez hablamos de dinero.

Según se dice, el Gobierno federal recortó el 73% de las participaciones para Jalisco. Se nos informa que, de entrada, se nos descontaron mil 500 millones de pesos para obras en Municipios y, sumando, o mejor dicho, restando de aquí y allá, en programas sociales, ramo 23, programas...

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