VIGÍA DE BOLSILLO / Al cliente, lo que pida

AutorSofía Orozco

Terminamos el primer mes del año con estrenos, inauguraciones, sueños guajiros y hasta arranques de obras viales; todas ellas, por supuesto, para servir al automóvil y sus fieles usuarios.

Entre el puente Matute Remus o Atirantado y el puente Oriente o El Álamo, ambos parte del Sistema Vial Lázaro Cárdenas, correrán los cortes de listón, los discursos y las fotos para la posteridad.

En el primero de ellos, el más aparatoso, se celebrará un concierto este fin de semana y, no se sabe si como burla perversa o como premio de consolación, el domingo será estrenado por ciclistas y peatones que lo usarán como una extensión de la Vía Recreactiva. A pocas horas de que esto suceda, el puente todavía es sometido a diversas pruebas de carácter técnico, y aunque los resultados estarán listos hasta la próxima semana, los usuarios serán lanzados al ruedo a probar suerte. Los asistentes al concierto y a la Vía Recreactiva serán los primeros en correr el riesgo de ver si la estructura aguanta o se viene abajo. Ya ven, cosas de la premura y el estilo que caracteriza a nuestros gobiernos.

El segundo, conocido como El Álamo, ya fue puesto desde ayer en circulación, y aunque por un momento se tuvo la ocurrencia de volverlo de dos sentidos sólo por decreto de Sedeur, (el proyecto original contempla el tránsito en una sola dirección) se retomó la cordura y el puente comienza a funcionar tal y como, se supone, fue estratégicamente diseñado.

Mientras tanto, en otra zona de la Ciudad, comenzaron a llegar las máquinas que traerán el progreso a Ávila Camacho y Circunvalación. En ese cruce se fragua otro puentecito que, según palabras del nuevo secretario de Obras Públicas de Guadalajara, es tan sólo una solución parcial al conflicto vial, pues desahogará el tráfico unos metros para volverlo a estancar al semáforo siguiente. Nada de sorprender, igual sucede en una gran mayoría de nuestros pasos a desnivel que te hacen sentir la ilusión de avanzar para luego frenar en seco, con los consecuentes riesgos y la experiencia vana de ganar tiempo para luego volverlo a perder.

Por su parte, nuestro Gobernador no pierde la esperanza de, al igual que Ebrard y Peña Nieto, tener su obra magna, y sigue empeñado en lograr la autorización para la Vía Express. Con un poco de mala...

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