VIGÍA DE BOLSILLO / Enemigo público

AutorSofía Orozco

Mientras en nuestro País se lleva a cabo el Foro Político de Alto Nivel del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, en donde se debate el futuro de los cambios tecnológicos y la inclusión digital, en el Mar de Cortés a alguien se le caen "accidentalmente" 3 mil litros de ácido sulfúrico.

En un lado de la página unos debaten airadamente las pretensiones del futuro moderno, justo y equitativo que esperábamos, en tanto que en el otro, personajes siniestros se dan vuelo acabando con él.

La cara de uno de esos personajes siniestros es poco conocida, de hecho hasta hace poco se decía que había muy pocas fotografías suyas circulando en la red y que, como todo villano, se mantenía alejado de los reflectores.

Hablamos de un multimillonario, pero no como los millonarios de ficción de las aventuras de superhéroes que viven para salvar al mundo; al contrario, este es un multimillonario que con tal de engordar un poquito más su fortuna poco le importa acabar con el planeta.

Quienes lo admiran, hablan de tal personaje como un ser enigmático, inusual y solitario. Quienes saben más, dicen que le gusta pasar desapercibido para poder disfrutar tranquilamente de su fortuna amasada debido a negocios relacionados con concesiones y explotación de minería, estimada en unos 14 mil 900 millones de dólares, misma que sigue engordando y creciendo cada día y que, vista nuestra próxima extinción como especie sobre la Tierra, nunca jamás alcanzará a gastar, ni comprando miles de penthouses y yates, ni dándole cien veces la vuelta al mundo.

La ambición desmedida, dirían algunos, no tiene límites y no puede ser de ninguna manera considerada "buena". La empresa Grupo México, de la cual dicho multimillonario enigmático es el CEO y que entre sus laureles dícese ser una empresa sustentable por su buen desempeño en responsabilidad social, materia ambiental y gobierno corporativo, ha sido responsable de al menos 22 accidentes ambientales en los últimos 20 años.

Derrames, explosiones, tala de árboles, manejos irresponsables de desechos tóxicos, metales pesados, ácidos, y demás accidentes como el tristemente recordado de Pasta de Conchos en el que 65 personas murieron sepultadas, el derramamiento de sulfato de cobre sobre las aguas de los ríos Bacanuchi y Sonora, y éste reciente del que hablábamos, el accidente del ácido sulfúrico vertido en el Mar de Cortés, son sólo un muestrario de lo que puede pasar cuando te dedicas no...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR