VIGÍA DE BOLSILLO / Helado

AutorSofía Orozco

Imaginemos una historia. Esta era una vez un jovencito interesado en cambiar su entorno poniendo en su barrio una "heladería". Durante años, trabajó y trabajó para lograr su sueño; pasó como "empleado" de una heladería a otra, hasta que por fin logró tener por su cuenta, su primer "heladería" en un pueblito pequeño y pintoresco llamado Tlajomulco. No era la "heladería" de sus sueños, pero ya iba en el camino adecuado. Después de 3 años de aclientarse y que las personas ya reconocieran lo peculiar de su helado sabor "naranja", tomó fuerza y mudó su local más cerca de su barrio. La heladería prosperó y su clientela se quintuplicó. Él se dedicó a esparcir la noticia de sus "helados" sin igual, y todo pintaba fabuloso; había obtenido suficiente crecimiento y aceptación en sus productos.

En esos años de arduo esfuerzo perdió el cabello, y otras cosas preciadas, pero sin desistir ni un segundo, logró rentar el local de sus sueños, situado en el corazón del barrio que siempre quiso cambiar: ya se imaginaba las bancas, los banderines de colores, los cestos de basura, las macetas y hasta el letrero luminoso con que decoraría su lugar. Estaba feliz, empezando a perfilar qué adecuaciones necesitaría y a quiénes contrataría para fabricar y despachar esos "helados" que tanta buena fama le habían traído, cuando, por azares del destino y cosas que la vida tiene, justo enfrente de su reluciente local, vino a abrir una heladería más grande, más ostentosa, que amenazaba con controlarlo todo, y que para pronto se le presentó como la única que podría hacer trato directo con los proveedores directos que surtían los ingredientes para hacer "helados" en la zona, así que si nuestro personaje (ahora con el local anhelado y una historia por delante) quería seguir haciendo "helados", sólo podría lograrlo a expensas de la heladería de enfrente: un competidor que apareció de pronto, un acaparador de materia prima, un espía industrial, una amenaza latente que quizá incluso intentaría boicotear la hechura de sus deliciosos helados.

¡Ah! ¿qué tendrá la vida que cuando uno está a punto de lograr sus objetivos nos manda nuevas pruebas y escollos? Si nuestro personaje pensaba que lograr poner la "heladería" de sus sueños en el barrio lo era todo, no tenía idea de que eso apenas era el principio, y una andanada de problemas estaban por comenzar.

Nuestro personaje no se iba amilanar tan...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR