VIGÍA DE BOLSILLO / Íbamos a mejorar
| Autor | Sofía Orozco |
Hoy es el día en que, oficialmente, el país del norte tendrá un nuevo presidente que nos considera enemigos. Como en una épica antigua, el nuevo y caprichoso "emperador" planea amurallarse, sitiarnos para mermar nuestras fuerzas, cobrarnos altos impuestos, dictar (a fuerza de tweets) nuestro diario hacer, marcar irremediablemente nuestros destinos.
Pero también, como en épica antigua, nuestro pueblo puede rebelarse, defenderse, enfocarse en lo suyo, trabajar, buscar otros pueblos aliados, encontrar su propia paz, negociar, fortalecerse, salir libre y victorioso.
La historia que se escribirá está en nuestras manos.
Y tristemente, también en las manos de nuestros gobernantes, de nuestros representantes populares, de la clase política, del crimen organizado, de nuestras asociaciones empresariales, de los sindicatos, de los cuerpos policiacos, de las universidades, de los partidos políticos, de los funcionarios públicos, de los narcomenudistas, de los inversionistas, de los sistemas carcelarios, de los impartidores de justicia, y de todo lo que hemos creado.
Entre lo que hemos creado están millones de pobres en "el cuerno de la abundancia". La infinita riqueza natural, la megadiversidad, los recursos inagotables nunca han tocado las manos de quienes se despiertan a sobrevivir en la línea de 1 dólar al día. Ellos, quienes, según nuestro presidente, se quedarían sin su Prospera, sin el reciente aumento a las gasolinas.
Están también los que abandonaron el campo y atiborraron la ciudad; los esclavos modernos que trabajan 8 horas al día por un salario mínimo, destinan 4 horas al día para hacer sus trayectos y duermen en casas de 32 metros cuadrados, mismas que pagarán toda su vida al Infonavit.
Somos los creadores de los ninis, de los "Brayans" y las "Kimberlis" quienes tienen su esperanza de una vida mejor puesta en el Conalep. Pensamos que los discriminamos por diversión, pero aun sin nuestros chistes, ya viven discriminados.
Creamos un mito en donde nos sentimos orgullosos de nuestros ancestros indígenas, pero solo cuándo se habla de pirámides, artesanía y tradiciones. Luego, los dejamos al amparo del Instituto Nacional Indigenista y la Sedesol.
Hemos creado una variedad de partidos políticos, los cuales se alimentan con millones de pesos para estar bien blindados y así nunca se corrompan con dinero ilícito. El INE de vez en cuando los supervisa y, a veces, hasta los ha multado por cosas muy raras, como presentar facturas falsas.
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