Viscosos, pero sabrosos
Es bien sabido que en la experiencia culinaria intervienen todos los sentidos, el olfato y la vista resultan el primer filtro para el paladar que también se enriquece con el oído. Pero en ocasiones, hay preparaciones que no enamoran nuestros sentidos a la primera impresión, y es al degustarlas cuando provocan el mayor placer.
Caldo de colas de res, ostiones, tacos de ojo, viril y criadillas, por mencionar algunas de las preparaciones más folclóricas o exóticas que se pueden degustar en la Ciudad, quizá no sean la primera opción de muchos al momento de ver el menú.
Sin embargo, no podrán negar que a pesar de que no suenen de lo más apetecible, y hasta un efusivo "guácala" nos merezcan, después de sucumbir ante sus viscosas, crujientes o fermentadas bondades, seguramente un "qué rico" se ganarán.
Esta semana, nos dimos a la tarea de buscar aquellos platillos que pudieran resultar todo un reto para el paladar.
Ya algunos de nuestros entrevistados para la sección De Neta, nos han compartido a qué le dicen Guácala qué Rico.
PRIMERA FILA / Staff
Gusano de maguey, en cantina
Se trata de un insecto que puede ser blanco o rojo, considerado un manjar en época de los aztecas. Proviene de lugares como Oaxaca (donde se elabora la sal de gusano), zonas pulqueras como Hidalgo, Tlaxcala y el Estado de México, así como Querétaro, San Luis Potosí, Jalisco y Puebla en donde se emplea para dar sabor al mezcal. El gusano de maguey (larvas que se crían en las pencas del agave) se come frito; su sabor es algo ácido y su exterior es crujiente. En el bar María Bonita los sirven en tortilla de maíz acompañados de salsas ($375). También hay escamoles (larvas o hueva de hormigas a $260), y chapulines salteados en chile y pimienta (a $375 el plato). Puedes ordenar los tres platillos juntos ($450).
- MARÍA BONITA: Av. Vallarta 5005, Hotel Camino Real / 3134-2424 / Lu a Sá de 13:00 a 1:00
Moronga para aventados
El sólo nombre es en ocasiones el causante de más de un gesto, ya que este platillo necesita mucho coraje para probarse la primera vez. Según Alejandro Padilla, dueño del restaurante Los Gavilanes, la moronga es un alimento de sabor muy fuerte, con un dejo ferroso, por aquello de la sangre. su textura es similar a la de un picadillo muy condimentado y en su preparación lleva mucha yerbabuena, para cortar el paladar. Para probar una orden de tacos para 2 personas ($110), hay que hacer el pedido un día antes, para que el matarife del lugar colecte la sangre fresca del día.
- LOS GAVILANES: López Mateos Sur, km 16.5 / 3686-1259 / Lu a Do de 9:00 a 21:00
- Prueba también en: Los domingos en el Tianguis del Sol (Av. Moctezuma y Tepeyac); Tacos de barbacoa "Gamero", en la estancia.
Chapulines tronadores
"Son como los charales, saladitos, secos y tienen un sabor como a pastito". Así describe a los chapulines Isabel Alcántar, encargada del restaurante oaxaqueño La Guelaguetza, que ofrece estos insectos cocinados desde hace 17 años.
Como botana, en este rincón los chapulines se sirven acompañados de frijoles negros, lechuga y cebolla desflemada ($35), o bien con queso gratinado como relleno de empanadas ($25). Para acompañar elige una cerveza oscura. Pídelos para llevar, 100 gramos cuestan $35.
- GUELAGUETZA: Plaza Fiesta Arboledas / 3162-0188
- Prueba también en: Loncherita/Bar-Lonche (López Cotilla 1893); Pare de Sufrir (Argentina 66, Col. Americana); María Bonita (Av. Vallarta 5005, Hotel Camino Real)
Ostiones, húmedo sabor
Para algunos son afrodisiacos, para otros, un bocado que jamás probarán ya que su aspecto no es nada antojable. La sugerencia es dejarse de especulaciones e ir al Mercado del Mar a alguno de los restaurantes y pedir una docena de ostiones de piedra (los más fresquecitos) y pedir una cubeta de cervezas de cuartito. Experimenta esos segundos de sabor mientras el molusco recién desprendido de su concha, con limón, sal de grano y salsa picante se resbala por la garganta. En Mariscos Los Arcos sirven de los mejores, así como callo de hacha.
- LOS ARCOS: Av. Lázaro Cárdenas 3549 / 3122-3719 / Lu a Sá de 11:00 a...
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