Visión Económica/ Bienvenida la competencia

AutorSalvador Kalifa

verano viajé a Europa con mi familia y un grupo de amistades. En las conexiones europeas tuvimos necesidad de volar por Air France. La experiencia fue nefasta. Pésimo servicio, trastornos y demoras innecesarias de vuelos, cinismo y displicencia del personal de la aerolínea, impotencia generalizada de los pasajeros y, lo que más frustró, ausencia de alternativas.

Ese es el resultado natural de un monopolio aéreo en manos gubernamentales, con sindicatos muy poderosos que bloquean cualquier cambio para retener sus privilegios. Tienen, para todo fin práctico, secuestrada a la aerolínea en su beneficio, con la anuencia de las autoridades. El gran perdedor de este arreglo institucional es el consumidor que, al carecer de alternativas, paga precios muy elevados por los pasajes aéreos, pierde tiempo por las demoras de vuelos y soporta un pésimo servicio de la compañía.

Esa experiencia fue, por un lado, un amargo recordatorio de lo que no hace muchos años ocurría en nuestro país con Mexicana y Aeroméxico: demoras generalizadas, mal servicio y pasajes caros. También sirvió, por otro lado, para extrañar la puntualidad y buen servicio que brindan ambas aerolíneas en la actualidad. Yo extrañé en particular a Aeroméxico, que desde mi punto de vista, supera en ambos aspectos a Mexicana.

El contraste entre la línea aérea francesa y las aerolíneas mexicanas es interesante frente la decisión de la Comisión Federal de Competencia (CFC) de vender estas últimas por separado. En principio, ¿si la puntualidad y calidad del servicio en Mexicana y Aeroméxico son mejores que en muchas otras empresas de aviación, para qué separarlas?

La respuesta es sencilla. Para que con la competencia no sólo se mejore más el servicio, sino en especial para que disminuyan en promedio los precios de los pasajes de avión. Eso sucede normalmente donde impera la soberanía del consumidor.

La reacción de los sindicatos de sobrecargos, pilotos, y trabajadores de tierra de ambas aerolíneas es natural, pero difícilmente puede calificarse de realista y objetiva. Se oponen a su escisión, argumentando que es un "complot" en contra de las empresas y sus trabajadores para beneficio de intereses extranjeros.

Las "conspiraciones" de intereses "ocultos" y el petate de la "invasión" extranjera se han constituido en los argumentos predilectos de sindicatos de empresas públicas a punto de ser privatizadas en nuestro país. Es evidente que atrás de todos esos argumentos y otros más en contra de la...

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