Visión Económica/ Cuidado con la complacencia

AutorSalvador Kalifa

En 1999 el supuesto fue una paridad promedio de 11.08 pesos por dólar y este año es de 10.40 pesos por dólar.

Desafiando esos supuestos, el peso se apreció durante 1999 y se ha mantenido relativamente estable en términos nominales este año. Este comportamiento se debe, en esencia, a la recuperación acelerada del precio del petróleo, que alcanza ahora niveles no vistos desde 1991, y al buen desempeño de la economía norteamericana. Ambos elevan considerablemente los ingresos en divisas del país.

A pesar de la fortaleza reciente del peso, el supuesto de una depreciación del mismo es razonable en el contexto de los pronósticos de inflación de los próximos años, y de una eventual retracción del precio del petróleo y del ritmo de expansión de Estados Unidos.

En consecuencia, cuando el peso finalmente se debilite, ya no contribuirá a la reducción de la inflación como sucede desde principios de 1999, sino que actuará en sentido contrario. El Banco de México (Banxico) puede darse el lujo de ser optimista acerca de lo que pasará con el crecimiento de los precios cuando el peso se deprecie, sólo si las presiones inflacionarias en la economía fueran débiles. Pero no lo son. De hecho, la apreciación del peso fue el factor principal para alcanzar la meta de inflación de 1999 y lograr resultados favorables en enero y febrero de este año.

Esto se aprecia mejor al ver las diferentes tasas de inflación para los bienes comerciables y no comerciables. Los bienes comerciables son más sensibles a movimientos en la paridad del peso con el dólar. En cambio, los precios de los no comerciables (especialmente los servicios) reflejan mejor las fuerzas inflacionarias dentro de la economía.

Las cifras muestran que el crecimiento de los precios de los bienes no comerciables se ha mantenido incómodamente alto por varios años. El alza de estos precios en 1997 (17.4 por ciento), 1998 (17.8 por ciento) y 1999 (14.8 por ciento) no muestra disminuciones importantes, poniendo en duda la eficacia del "corto" como instrumento de política monetaria.

Esta fuerte resistencia del proceso inflacionario en México se aprecia mejor en la evolución del precio de algunos servicios durante 1999. Así, el renglón de educación y esparcimiento creció 15.95 por ciento y el de otros servicios lo hizo al 16.75 por ciento.

Mientras tanto, el renglón que más contribuyó al descenso de la inflación el año pasado fue el de alimentos, bebidas y tabaco, que creció sólo 7.85 por ciento. En enero se...

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