Visión Económica/ Víctima del consenso

AutorSalvador Kalifa

Liberalizar la economía significa permitir que en ella se asignen los recursos de manera eficiente, desplazándolos de actividades donde son poco productivos hacia otras donde rinden más, condición necesaria para aumentar el ritmo de crecimiento económico en nuestro país.

Este proceso de liberalización, que ya se aprecia en la apertura del comercio y los flujos de capital, no producirá todos sus beneficios si en aras de los "consensos" seguimos retrasando o deformando otras reformas estructurales, como ya hicimos con la fiscal y la energética, y que muy probablemente haremos con la laboral, donde urgen ordenamientos legales más flexibles para las relaciones de trabajo.

Desgraciadamente, mantener la rigidez en el mercado laboral es precisamente lo que pretenden los sindicatos que no están dispuestos a ceder en lo que ellos consideran conquistas históricas de "derechos" laborales.

Algunos ordenamientos en la Ley Federal del Trabajo, LFT, quizá cumplieron un propósito en otra época y circunstancia, en particular cuando buscaban evitar abusos de empleadores sin escrúpulos. Con el tiempo, sin embargo, muchos de esos ordenamientos crearon rigideces y situaciones donde los abusos son ahora del otro lado.

Las relaciones entre empresarios y trabajadores requieren de una LFT que, acorde con las realidades del Siglo 21, equilibre los derechos y obligaciones de las partes, mejore los índices de productividad, así como estimule la creación de nuevas oportunidades de empleo.

Con esos objetivos se han reunido desde hace meses en la Secretaría del Trabajo representantes obreros, empresariales y gubernamentales, buscando un consenso con relación a los cambios que modernicen la LFT.

Existen algunos acuerdos en cuestiones menores, pero persisten las diferencias en los aspectos cruciales. Los líderes de la Unión Nacional de Trabajadores dicen, por ejemplo, que temas centrales como la flexibilización de los contratos, pagos por hora, y el derecho a huelga, no tienen consensos. Esto no me sorprende, y menos cuando las reformas con sentido económico implican, necesariamente, una merma del poder sindical.

Los cambios fundamentales seguramente quedarán pendientes, más ahora que el Congreso quiere tomar la iniciativa para la reforma laboral. Algunos de esos cambios han estado en la mesa de negociaciones, como la desaparición del escalafón ciego y una mayor libertad a las empresas para contratar y promover a su personal, así como para flexibilizar salarios y horarios...

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