Yucatán: Celestún levanta el vuelo

AutorAnaline Cedillo

Enviada

CELESTÚN, Yucatán.- Apenas empiezan a caer las primeras gotas de lluvia, el conductor vira la lancha y nos refugia bajo un túnel de mangle formado por ramas caprichosamente entretejidas.

Esta lluvia refresca a quienes momentos antes nos embarcamos en el parador turístico Cultur, cerca del puente carretero que une al municipio de Celestún, a menos de 100 kilómetros al oeste de Mérida, con el resto de la península yucateca.

La mayoría de los visitantes que llega hasta este puerto va en busca de los flamencos rosados que arriban a la Reserva de la Biósfera Ría Celestún para alimentarse y reproducirse. En 2012 se embarcaron y pasearon por las playas de Celestún unos 45 mil viajeros, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

La mejor temporada para encontrarse con estas aves es entre noviembre y mayo, aunque con suerte pueden avistarse fuera de estas fechas. De cualquier forma, todo el año la zona guarda atractivos naturales para los exploradores.

Por el túnel, el bote avanza lentamente, casi sin hacer ruido, por entre las raíces de mangle que se hunden en la ría, mismas que, por acción de sus taninos, colorean el agua de amarillo, anaranjado, castaño y hasta rojizo.

Hemos paseado por más de media hora y sólo abarcamos una parte mínima de la reserva, que con 81 mil 482 hectáreas de superficie se extiende por los municipios de Celestún y Maxcanú, en Yucatán, y el municipio de Calkiní, en Campeche.

Llegamos al ojo de agua Baldiosera, donde brota agua dulce en medio del manglar. Cuando se apaga el motor escuchamos el canto de algunas aves.

Aquí se pueden avistar más de 300 especies: cormoranes, garzas, o fragatas, y...

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